Algunos alimentos destacan por encima de otros por sus propiedades nutricionales y los muchos beneficios que su consumo habitual proporciona a nuestra salud.

Estos alimentos son conocidos hoy en día como “superalimentos” y en Eurogarden contamos con una gama de semillas de diez superalimentos para que los cultives desde la semilla en tu huerto, balcón o jardín: nuestra gama Vitalfood.

Si hace unas semanas os hablábamos de los cinco primeros superalimentos de nuestra gama Vitalfood, hoy vamos a ver los cinco restantes para que tengas dónde elegir a la hora de animarte a sembrarlos. ¡Continuamos!

5 superalimentos Vitalfood para sembrar desde la semilla

Antes de nada, hay que recordar que los cinco superalimentos de los que vamos a hablar hoy y que completan nuestra gama Vitalfood son 100% naturales, están cargados de minerales y nutrientes esenciales y, además, son alimentos difíciles de adquirir, por lo que el valor que pueden aportar a tu huerto se incrementa aún más. ¡Vamos a conocerlos con más detalle!

1. Quinoa. Se trata de una planta anual originaria de los Andes, que se agrupa dentro de la familia de las Quenopodiáceas a la que pertenecen las acelgas, remolachas y espinacas.

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Semillero de quinoa.

La quinoa tiene una elevada cantidad de proteínas completas (el 13% de su peso) y contiene todos los aminoácidos esenciales para el organismo. Además, la quinoa es extremadamente fácil de cultivar y muy productiva. 

La siembra de la quinoa se realiza en primavera en el exterior, directamente sobre el terreno definitivo. Entierra 2-3 semillas a poca profundidad, unos 0,5 centímetros, dejando una distancia de 70 centímetros entre línea y 30 centímetros entre plantas. Cultiva a pleno sol, ya que aunque puede recibir algo de sombra, será menos productiva. Elige un terreno fértil, semiprofundo y con muy buen drenaje. En lo que respecta a los riegos, que sean regulares pero no abundantes, sobre todo, en los periodos de sequía.

Una vez pasados entre 90 y 110 días desde su siembra, podrás comenzar con su recolección. Para comprobar que está lista, fíjate en que el follaje empieza a caerse y en que la semilla está seca. Para ello, coge un grano y clava la uña, si se hunde quiere decir que aún no está lista, pero si es difícil marcarlo, tus granos de quinoa estarán listos para su cosecha.

2. Sésamo. El Sésamo es una hierba tropical anual, cuyo origen se sitúa en dos regiones, en África central y en la India. Posteriormente se extendió por la cuenca mediterránea y así ha llegado hasta nosotros. Además de ser un cultivo interesante porque sus semillas son una bomba de nutrientes beneficiosos para el organismo, es una planta que puede pasar perfectamente por ornamental y sus fragantes flores blancas o rosadas atraen mariposas y pájaros al jardín.

Si te animas a cultivar tú mismo, debes de tener en cuenta que al sésamo no le gustan las heladas, así que es recomendable empezar la siembra en semilleros en invernadero o interior a principios de primavera, para poder sacarlo al exterior cuando el tiempo sea estable. Entierra 2-3 semillas a poca profundidad, dejando 30 centímetros entre líneas y 20 entre plantas, y realiza el trasplante cuando las plantas cuenten con unos 15 centímetros de altura.

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Semillero de sésamo.

El sésamo se cultiva tradicionalmente en ambientes desérticos, así que es una planta muy tolerante a la sequía y a la que no le gustan los encharcamientos. Por eso, es mejor no utilizar un sistema de riego automático ni pasarse con el abonado, ya que también prefiere suelos poco fértiles para crecer.

Para cosechar la semilla del sésamo, tendrás que esperar a que las plantas se vuelvan amarillas y las hojas se caigan, pasados entre 80 y 130 días desde su siembra. Las vainas empiezan a secarse de abajo hacia arriba. Podrás empezar la cosecha cuando las primeras vainas se sequen y la mayoría de las hojas hayan caído al suelo. Para ello, corta con cuidado las vainas de las plantas y colócalas sobre papel de periódico o sobre un trapo limpio para dejarlas secar en un lugar fresco y seco. Una vez que las vainas estén frágiles y completamente secas, ábrelas suavemente para liberar las semillas.

3. Soja. La soja es de la familia de las leguminosas y tiene su origen en el sudeste asiático, su uso como alimento en China está documentado desde el año 2.800 AC. Dado que posee un alto contenido en proteína vegetal, en muchas ocasiones se utiliza como sustituto de la carne.

El edamame, por otro lado, es el nombre de la preparación culinaria de las vainas de soja inmaduras y hervidas en agua con sal. Si en lugar de cosecharlas jóvenes esperamos a que las vainas de edamame maduren, estas se endurecen, se secan y se pueden usar para hacer leche de soja y tofu. Aunque su uso es extenso, a veces puede ser difícil encontrar la vaina disponible en fruterías y supermercados. Sin embargo, su cultivo es sencillo y muy productivo, incluso en espacios pequeños.

Para cultivar nuestro propio edamame, es recomendable sembrarlo en semilleros a inicios de primavera en un invernadero o en el interior de casa. Entierra 2-3 semillas a 2-3 centímetros de profundidad. Cuando tenga unas 4 hojas verdaderas, es momento de trasplantar al terreno definitivo, dejando 45 centímetros entre líneas y 10 entre plantas.

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Planta de soja.

A la soja le gusta el sol directo, pero requiere que mantengas el sustrato húmedo en todo momento, sobre todo, en los meses de verano y en el cultivo en recipientes. El momento de la cosecha llegará pasados 180-200 días desde su siembra. Cuando las vainas estén maduras y listas para cosechar, las hojas de la planta comenzarán a caerse, dejando solo tallos marrones con muchas vainas colgantes. Si quieres consumir las habichuelas frescas para cocinar el típico edamame, cosecha todas las vainas. Si prefieres consumirlas secas, puedes dejarlas en la planta e ir cosechándolas según las necesites.

4. Trigo Sarraceno. El trigo sarraceno o alforfón es una planta herbácea anual que podemos cultivar tanto para conseguir su grano como para consumir sus hojas jóvenes que, además, muchas veces es difícil de encontrar.

Este pseudocereal (presenta características nutricionales muy parecidas a las de los cereales, pero desde el punto de vista botánico son diferentes) no contiene gluten y es muy rico en proteína vegetal de alto valor biológico porque contiene aminoácidos esenciales, entre otras cosas.

En lo que respecta a su cultivo, es muy agradecido ya que puedes tenerlo listo en pocas semanas desde su siembra e incluso puedes cultivarlo en interior en recipientes. Para ello, siémbralo a principios de primavera en semillero o mediante siembra directa en el terreno, enterrando 2-3 semillas a poca profundidad y dejando una separación de unos 10 centímetros entre plantas

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Brotes de trigo sarraceno.

Se adapta a climas frescos y húmedos, desarrollándose en condiciones de sequía y de temperaturas superiores a 25 grados. Lo único que no tolera son las heladas durante su ciclo de cultivo. También se adapta a una gran variedad de suelos y hasta tolera los suelos ácidos y de baja fertilidad. Además, es una de las mejores opciones productivas en el proceso de recuperación de tierras improductivas.

Sabrás que está listo para cosechar cuando el grano (la semilla) esté maduro, lo que suele suceder alrededor de la octava o décima semana. Corta los tallos y átalos en ramilletes, dejando que se sequen bien a cubierto para luego proceder con la trilla del trigo a mano.

5. Verdolaga. Tú, huerter experimentado, puede ser que lo primero que hayas pensado al leer verdolaga es que es una mala hierba. Pero, no te asustes y sigue leyendo. En realidad, la verdolaga es un superalimento por su alto contenido en Omega 3, zinc, fósforo, manganeso, cobre y calcio. Es también una muy buena fuente de vitamina A y es baja en calorías.

Se trata de una planta anual y suculenta, de tipo rastrero, de la familia Portulacaceae. En muchos sitios está considerada como una maleza por la rapidez con la que se expande, pero funciona a la perfección como vegetación de cobertura. Además, es una planta con un cultivo extremadamente fácil y muy productiva incluso en espacios pequeños. A pesar de todos estos beneficios, es una planta complicada de encontrar a la venta, por lo que, ¿qué mejor solución que cultivarla tú mismo?

Se siembra en los meses de primavera y verano en semillero protegido para trasplantar cuando las plántulas tengan unos 5 centímetros de altura. Como ya hemos dicho, se adapta muy bien a espacios pequeños, por lo que una maceta de 5 litros de volumen es más que suficiente. Eso sí, es imprescindible cultivar a pleno sol y no pasarse con el riego, ya que es una planta muy resistente a la sequía.

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Planta de verdolaga.

Para sembrarla desde la semilla, debemos de enterrar 2-3 a un centímetro de profundidad y dejando 15 centímetros entre líneas y 30 entre plantas. La cosecha podrás hacerla pasados unos 60 días desde su siembra, cuando sus hojas son más tiernas y sabrosas. Corta el tallo dejando unos 5 centímetros en la base, de esta forma la planta continuará creciendo y desarrollando nuevas hojas tiernas que podrás ir cosechando de forma continua.

¡Hasta aquí el repaso a nuestra gama Vitalfood! Esperemos que tanto este post como el anterior, te hayan animado a descubrir y cultivar tus propios superalimentos.

Si te has quedado con ganas de saber más sobre estos cultivos e incluso te gustaría conocer alguna receta para sacarle todo el provecho a sus propiedades nutricionales y su delicioso sabor, echa un vistazo a nuestra Guía Eurogarden Vitalfood. Se trata de un documento elaborado por Marta Rosique (@planteaenverde) y Anina Topala (@greenmamabcn). Para hacerte con él, solo tienes que comprar cualquier variedad de semillas de nuestra gama Vitalfood en los centros de jardinería y tiendas en las que Eurogarden está presente.

Además, te animamos a echarle un ojo a nuestro blog y a nuestro perfil en Instagram para seguir conociendo más trucos y consejos sobre la siembra y cuidados de otros muchos cultivos interesantes. ¡Te esperamos!