Una de las dudas huerter más comunes que nos hacéis llegar es qué asociación de cultivos llevar a cabo. A la hora de planificar nuestro huerto y elegir qué variedades cultivar, debemos de tener en cuenta diversos factores de los que ya hemos hablado anteriormente cómo el espacio con el que contamos, el clima de la zona o la época en la que nos encontramos.
Pero, además de tener claros todos esos puntos, debemos de conocer en profundidad los cultivos que queremos sembrar para saber cuáles combinar con cuáles. Es decir: en qué época sembrarlos y cosecharlos, qué necesidades hídricas, nutricionales y de luminosidad tienen… Todos estos parámetros nos van a ayudar a tomar la decisión sobre las mejores asociaciones.
Hoy en Eurogarden, vamos a ayudaros a comprender los beneficios que os pueden aportar las diferentes combinaciones de vuestros cultivos. ¡No os lo perdáis!
¿Por qué es importante la asociación de cultivos en el huerto?
Lo primero, para aquellos despistados que aún no sabéis que significa exactamente, la asociación de cultivos es una técnica agrícola en la que se combina el cultivo de diferentes variedades para beneficiar el desarrollo de nuestro huerto, mediante su “simbiosis”. De esta manera nuestros cultivos crecen mucho mejor y, en muchas ocasiones, también conseguimos potenciar su sabor. Esta técnica, muy utilizada para mantener huertos sostenibles, nos ofrece una gran cantidad de beneficios que vamos a ver:
- Mejora la eficiencia del suelo. La superficie se cubre con plantas adventicias y con vegetación, lo que permite que no proliferen maleza o malas hierbas.
- Maximiza el aprovechamiento de los nutrientes de la tierra. Por ejemplo, los vegetales de hoja tienen raíces superficiales y consumen el nitrógeno del suelo. En cambio, las plantas con raíces profundas obtienen el potasio. De esta forma puede darse un completo aprovechamiento de los nutrientes del suelo.
- Reduce la proliferación de plagas y enfermedades en el huerto al no repetir variedades una temporada tras otra. Además, algunas plantas tienen la capacidad de atraer insectos beneficiosos o repeler los dañinos, beneficiando a los cultivos que tienen cerca.
- Aumenta la biodiversidad de nuestro huerto. Cuanto más diverso sea nuestro huerto, más resistentes serán nuestros cultivos a las posibles perturbaciones. Además, es una forma de garantizar el bienestar de todos los seres vivos, entre ellos, la fauna que puebla nuestros huertos y que, mediante procesos como la polinización, ayuda al desarrollo de nuestras plantas.
- Potencia la resiliencia y sostenibilidad del ecosistema. La reducción en el uso de fertilizantes y de pesticidas, así como el correcto aprovechamiento de los nutrientes que el suelo puede generar por sí solo, ayudan en gran medida a cuidar del medio ambiente.
Asociaciones de cultivos beneficiosas para nuestro huerto
Ahora que conocemos las ventajas que la asociación de cultivos nos ofrece, es el momento de hablar de qué tipo de asociaciones existen y cuáles son más favorables para las diversas circunstancias de nuestros huertos. ¡Toma nota!
1. Asociaciones de cultivos para aprovechar el espacio:
- Si no gozamos de mucho espacio en nuestro huerto o simplemente queremos aprovecharlo al máximo, podemos combinar cultivos de crecimiento rápido (por ejemplo, lechuga) con cultivos de crecimiento lento (col o calabacín) y así hasta que los más lentos se desarrolle, nos da tiempo a cosechar los más rápidos sin que se molesten entre ellos y aprovechando la superficie.
- Otra posibilidad para aprovechar el espacio es combinar cultivos de raíces profundas (tomates) con cultivos de raíz superficial (cebollas o ajos). Los últimos no robarán espacio a los que tienen raíces profundas y, por lo tanto, podremos cultivarlos alrededor de los mismos sin que se roben el espacio de debajo de la tierra.
- También podemos combinar cultivos con diferentes estructuras, es decir, que crecen a diferentes alturas como, por ejemplo, las plantas rastreras (calabazas) y las plantas altas (judías trepadoras). Un ejemplo de asociación muy popular y efectiva es la conocida como asociación precolombina o de ‘las tres hermanas’, que se conformaría con la combinación de calabaza, maíz y judías trepadoras.
2. Asociaciones de cultivos para prevenir plagas: Ya os hemos contado en publicaciones anteriores que las plantas aromáticas actúan en muchos casos como repelentes de plagas, por eso, combinar aromáticas (por ejemplo, la albahaca) con hortalizas (como el tomate) es una gran opción para evitar estos parásitos.
3. Asociaciones de cultivos para evitar el agotamiento del suelo:
- Combinar cultivos con diferentes necesidades nutricionales es una regla básica del huerto. Para ello, tan solo tienes que tener claro que las plantas de raíz (zanahoria) necesitan potasio, las de hoja (lechuga) nitrógeno y las de flor o fruto (tómate) fósforo.
- Combinar leguminosas con cultivos exigentes en nitrógeno es la mejor opción para solventar este problema, ya que las leguminosas (judías, habas, guisantes…) son capaces de fijar nitrógeno atmosférico en el suelo haciéndolo, de este modo, asimilable para otros cultivos necesitados del mismo.
- La rotación de cultivos es fundamental en cualquier huerto ecológico para mantener el suelo sano y equilibrado. Por eso, vamos a profundizar en este método sostenible para mejorar el suelo de nuestros huertos. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la rotación de cultivos?
Hablar de asociación de cultivos va de la mano con la rotación de estos, una técnica que consiste en cambiar de cultivo cada temporada en un área determinada del huerto, consiguiendo de este modo una mayor efectividad y productividad de la cosecha. La idea es alternar plantas de distintas familias y que tienen necesidades distintas en un mismo espacio, logrando reducir el agotamiento del suelo.
Utilizar la técnica de rotación también tiene importantes beneficios:
- Evita la acumulación de plagas y enfermedades específicas de un cultivo particular, ya que al cambiar de cultivo se consigue que estas no se perpetúen en el tiempo.
- Equilibra los niveles de nutrientes en el suelo al conseguir que el cultivo anterior le deje sus nutrientes al nuevo (por ejemplo, plantando habas en invierno y tomates en primavera).
Para saber cómo proceder en una rotación de cultivos dentro de tu huerto, es importante que tengas en cuenta una pequeña clasificación de los cultivos atendiendo, sobre todo, a las exigencias en nutrientes que cada grupo hace del suelo. Los cultivos, como hemos comentado anteriormente, podemos agruparlos del siguiente modo:
- Cultivos de raíz: zanahoria, remolacha, ajo, cebolla…
- Cultivos de hoja: espinacas, lechuga…
- Cultivos de flor: tomate, calabacín…
- Cultivos de leguminosas: judías, guisantes…
Hay que tener en cuenta que los cultivos de raíz y de flor son los más exigentes en cuanto nutrientes que toman del suelo, por lo que la opción perfecta sería alternar cada año el cultivo de raíz o de flor, con los cultivos de hojas o leguminosas.
Para terminar, también hay que apuntar a que existen algunas parejas de plantas que son indiferentes entre sí, no se causan ningún beneficio ni perjuicio entre ellas; pero, sobre todo, que hay asociaciones de cultivos que son perjudiciales y cuya combinación aumenta la competencia por los recursos y la proliferación de plagas y enfermedades. Hablamos, por ejemplo, de las variedades de la misma familia (solanáceas, crucíferas, leguminosas, etc).
Ahora que ya sabes todo sobre la asociación de cultivos y su rotación, es el momento de ponerlo en práctica. ¡Estamos deseando saber qué asociaciones realizas en tu huerto! Puedes contárnoslo a través de nuestro perfil de Instagram. Y si quieres profundizar en otros temas sobre el cultivo y el cuidado de tus plantas, ¡no te pierdas el resto de entradas de nuestro blog!
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