El objetivo de todos aquellos que se animan a tener su propio huerto o jardín hortícola es producir sus propios alimentos, hortalizas frescas, naturales y sabrosas con las que poder preparar toda clase de recetas y comer lo más saludable posible.
Uno de los mayores problemas con los que nos enfrentamos al sacar adelante nuestro huerto es la falta de producción cuando se nos muere el cultivo por falta o exceso de luz o agua, o cuando enferma o es atacado por alguna plaga. A estos problemas le hemos ido dedicando diversas entradas en el blog de Eurogarden. Sin embargo, a veces puede ocurrirnos lo contrario, que todo vaya bien, tengamos una gran cosecha y no seamos capaces de consumirla antes de que se eche a perder. ¡Bendito problema!
Por eso, hoy vamos a tratar de darle solución al excedente del huerto, aprendiendo a preparar nuestras propias conservas de verduras. ¿Nos acompañas?
Tipos de conservas
Las conservas son la mejor manera que tenemos de aprovechar y mantener los alimentos de temporada para poder consumirlos durante todo el año. Como te imaginarás, existen distintas formas de preparar conservas. En función de tu gusto y del sabor que quieras mantener, puedes hacer conservas en azúcar como mermeladas, jaleas o frutas en almíbar; en vinagre como los encurtidos o el escabeche; o al natural.
También existen distintos métodos de envasado como al vacío, al baño María o hasta podemos congelar o deshidratar nuestras frutas y verduras.
Elijamos el método que elijamos, todos ellos tienen unas rigurosas pautas de elaboración para asegurarnos de que los productos se conserven en buen estado para cuando queramos consumirlos.
Cómo hacer tus propias conservas de verduras
Como ves, este tema tiene mucha tela que cortar y, por eso, en este artículo nos vamos a centrar en hacer conservas de verduras al natural en tarros de vidrio. Para ello, contamos con dos métodos muy efectivos: el envasado directamente del alimento caliente, aprovechando así su propio calor para evitar la proliferación de microorganismos y crear el vacío, o empleando el baño María. ¡Veamos cómo llevarla a cabo!
1. Lo primero es esterilizar los tarros en los que vamos a conservar nuestras hortalizas. Para ello, lavamos bien el tarro y la tapa o podemos directamente comprar tapas nuevas o el tarro entero nuevo. Luego, debemos introducirlo todo, tarros y tapas, en una cazuela con agua hirviendo durante unos 10-15 minutos. Finalmente lo dejamos escurrir hasta el momento del envasado, sin tocar el interior de los botes.
2. Elige verduras frescas, en su punto de maduración, y sin desperfectos para hacer las conservas. Pela y corta las verduras a tu gusto y cocínalas en una cazuela con agua hasta cubrirlas por completo. La preparación debe de llegar al punto de ebullición antes de empezar el envasado. De este modo, tendrá el calor suficiente para crear el vacío.
3. Rellena los tarros introduciendo las verduras con unas pinzas y dejando unos 2-3 milímetros de espacio vacío. Cierra la tapa, apretando fuerte para que quede bien cerrado, verificando que se hizo el vacío. Esto lo sabrás al escuchar el “clap” característico que hacen las tapas al cerrarse.
4. En el caso de hacerlo al baño María, coloca en el fondo de una cazuela un trapo que cubra bien los laterales o envuelve cada tarro con un trapo. Introduce los tarros con las conservas dentro, de pie, con las tapas boca arriba, y evitando que choquen entre ellos. Llena la cazuela de agua cubriendo los tarros completamente, aunque dejando unos centímetros por arriba para la ebullición, tapa la olla y calienta durante 20-30 minutos. Al finalizar la cocción, puedes dejar enfriar los tarros dentro de la cazuela o sacarlos con ayuda de unas pinzas en cuanto acabe la esterilización y colocarlos sobre un paño limpio, boca abajo y cubiertos con otro trapo hasta que estén a temperatura ambiente. Por último, verifica que se hizo correctamente el vacío, presionando con los dedos la tapa. Si no se hunde es que está bien hecho.
También deberás comprobar que están herméticamente bien cerrados antes de guardarlos.
5. El último paso es etiquetar tus conservas para que no haya duda sobre su fecha de conservación.
¿Cuánto duran las conservas de verduras?
Ahora que ya tenemos nuestras conservas hechas y guardadas, debemos de tener en cuenta que una conserva casera puede durar un año e incluso algo más, si su elaboración se hizo correctamente y al baño María. No obstante, debemos de tener en cuenta algunos factores para que no se reduzca su tiempo de conservación.
- Almacena las conservas a temperatura ambiente y en un lugar limpio, fresco, oscuro y seco, evitando los húmedos o en los que llegue la luz directa del sol.
- Una vez abierto el tarro, debes consumir el producto en una semana como mucho. Pasado ese tiempo, no hay garantías de que el producto continúe en buen estado para su consumo.
- Si detectas algún tarro mal cerrado, deséchalo. También deshazte de aquellos en los que no tengas clara la fecha de conservación, ya que sin ella nada nos garantiza que sigan en buen estado para su consumo. Exactamente igual con aquellos tarros que presenten irregularidades, es decir, si detectas que el tarro está astillado o rajado o si la tapa está abultada.
- Por último, tira también aquellas conservas en las que, al abrir el tarro, observes un cambio de color en el producto o mal olor.
Siguiendo todas estas pautas, podrás disfrutar de tus cosechas durante más tiempo y sin desperdiciar el exceso de producción. Ahora que hemos llegado al final del artículo, nos gustaría conocer vuestras propias experiencias. Podéis compartirlas con nosotros, a través de nuestro perfil de Instagram o dejándonos aquí mismo un comentario.
Si queréis leer más recomendaciones sobre el increíble mundo huerter, no dejéis de leer el resto de los artículos de nuestro blog. ¡Tenéis mucho material dónde elegir!
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