Hoy en Eurogarden vamos a descubrir las ventajas de instalar un sistema de riego automático en nuestro jardín o huerto. ¿Te interesa? ¡Pues quédate con nosotros y sigue leyendo!

El verano es una época importante para nuestros huertos y jardines ya que, además de lucir en todo su esplendor, requieren que estemos más pendientes que nunca de sus necesidades hídricas debido a las altas temperaturas. Sin embargo, esta tarea se complica debido a que tenemos más planes que nunca y a que el periodo vacacional está a la vuelta de la esquina. Para solucionar este inconveniente, sin tener que recurrir a la ayuda de nadie, están los sistemas de riego automático.

Principales ventajas de un sistema de riego automático

Liberarnos de la obligación de estar pendientes para regar manualmente nuestros jardines y huertos es importante, por eso, los sistemas de riego automático nos ofrecen múltiples ventajas. ¡Vamos a verlas con algo más de detalle!

  • Ahorro de agua. El agua es un elemento fundamental para la salud de nuestros huertos y jardines. Sin ella, las semillas no podrían germinar ni crecerían nuestras plantas. Pero cada vez estamos más concienciados con ahorrar agua y hacer un uso responsable y eficiente de la misma, para lo cual, un sistema automático es fundamental. Consume menos cantidad que el riego manual al regar directamente la base de la planta y riega de una manera más controlada y uniforme, ayudando a evitar los encharcamientos innecesarios y contraproducentes.
  • Humedad constante y homogénea. Al programar los riegos a una misma hora y una misma cantidad de tiempo, las plantas no tienen que estar adaptándose constantemente a riegos irregulares. 
  • Conservación de la estructura del suelo y los nutrientes. Con los riegos automáticos evitamos el riesgo de que mucha agua de golpe arrastre los nutrientes y los elimine del sustrato. Además, con este tipo de riego también evitamos la compactación del terreno.
  • Prevenir enfermedades y malezas. Con algunos sistemas automáticos, como el riego por goteo, el agua riega directamente el cepellón (zona radicular) de cada planta en lugar de rociar flores y hojas. Esto disminuye las posibilidades de que aparezcan enfermedades causadas por los hongos. Además, al no mojarse todo el terreno, no crecerá maleza entre nuestras plantas.

¿Cómo automatizar tu sistema de riego?

El sistema de riego automático se encarga de controlar la distribución del agua en nuestros huertos y jardines. Gracias a este sistema se puede escoger el horario, la cantidad de agua, la frecuencia de riego, la ubicación… Por eso, es la mejor opción para mantener en perfecto estado nuestros huertos y jardines sin sacrificar tiempo y esfuerzo.

A la hora de instalar un sistema de riego automático hay que estudiar previamente el terreno y los cultivos que tenemos y sus necesidades ya que existen diferentes tipos de riego automático y, de este modo, sabremos cuál es el mejor para regar nuestras plantas y donde ubicarlo.

Una vez que tenemos claro el modelo y la ubicación, debemos decidir a qué horas, con qué frecuencia y durante cuánto tiempo queremos que esté activo regando nuestras plantas. Nuestra recomendación es que, sobre todo en estas fechas tan calurosas, lo pongáis para que realice los riegos a primera hora de la mañana y/o a última hora de la tarde, cuando el sol ya no aprieta tanto y, por lo tanto, la evaporación y el riesgo de producir quemaduras será mínimo. Además, las plantas aprovecharán mejor la cantidad de agua recibida.

El elemento imprescindible para que nuestro sistema de riego sea automático es el programador. Gracias a este aparato podremos programar los riegos con total autonomía. Los programadores pueden ser de dos tipos, centralizados o de grifo. En el caso de los programadores centralizados, se instala un único programador que opera en todas las electroválvulas, a través de un cableado o por un método inalámbrico de control (WIFI, bluetooth, radio). Los programadores de grifo, por su parte, son una clase especial de programador de pilas autónomo que se acopla directamente a un grifo. Se suele usar para riegos pequeños y para una única sección de riego.

Descubre los sistemas de riego automático más habituales

Si ahora que sabes los múltiples beneficios del sistema de riego automático estás pensando en instalarlo, debes de conocer los distintos tipos de riegos automatizados que existen y cómo funciona cada uno de ellos para elegir el que mejor se adecúe a tus necesidades y a las características de tu huerto o jardín. ¡Vamos a verlos en detalle!

Riego por goteo. Es uno de los sistemas más populares. Se trata de un riego localizado que permite una aplicación del agua de forma muy eficiente. El agua se infiltra en el suelo regando directamente la zona que queremos. De este modo, evitamos la evaporación del agua y reducimos el crecimiento de malas hierbas y la aparición de hongos al no mojar hojas ni flores.

Riego por aspersión. Con este sistema el agua se aplica en forma de lluvia sobre toda la superficie. Se suele utilizar para regar grandes superficies, de entre 6 y 14 metros, y es el tipo más común para regar el césped. Hay de dos tipos: aspersores emergentes, aquellos que se levantan con la presión y móviles (se conectan a la manguera y se van moviendo).

Riego por difusores. Este tipo de riego es similar al de aspersión, pero para superficies más reducidas. Tiene un alcance de 3 a 7 metros y no hace movimientos rotativos, sino que actúa mojando un arco de riego que se puede regular y que se aplica de forma uniforme, pero con menos agua que con respecto al método anterior. Además, dada la poca presión que necesitan en comparación con el riego por aspersión generalista, el riego por difusores es ideal para plantas delicadas.

Riego enterrado. Es otro de los formatos de riego más comunes junto con el riego por goteo. Se suele utilizar para grandes superficies de césped y cultivos agrícolas, aunque también en jardines particulares y comunitarios. Está compuesto por una tubería enterrada y emisores, pudiendo crear diferentes circuitos para ir regando por partes. La instalación enterrada reduce las pérdidas de agua por evaporación superficial. 

Riego por exudación. Este tipo de riego consiste en colocar una manguera porosa que exuda agua a lo largo de toda su superficie, produciendo una humedad continua y uniforme. Con este sistema la evaporación del agua es mínima y solo se suministra el agua necesaria.

Riego por nebulización. En este sistema el agua se aplica en forma de neblina por toda el área cultivada. Se utiliza más para refrescar el ambiente (en invernaderos o zonas con muchas plantas de interior), aunque también es útil como riego, ya que permite ajustar el caudal y el tamaño de la gota combinando diferentes boquillas. Además, también se puede usar para aplicar tratamientos (de tipo fitosanitario, por ejemplo) de forma automatizada.

Cada tipo de riego se adapta a unas condiciones y necesidades, por lo que tan solo tendrás que elegir el que más conveniente sea para tu huerto o jardín para poder disfrutar de todos los beneficios del riego automatizado.

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