El calabacín es una hortaliza que ha ganado gran popularidad en los últimos años gracias a su sabor y especialmente, a su bajo contenido calórico (tiene un 95% de agua y apenas 15 calorías por cada 100 g.), convirtiéndolo así en un aliado excepcional de cualquier dieta saludable

Es una gran opción para cultivar en nuestro huerto, jardín o balcón y, así, disfrutar de su valor nutricional y su gran versatilidad culinaria. Hoy en Eurogarden, explicamos los puntos claves para cultivar nuestros propios calabacines desde la semilla. 

Antes de meternos en faena, veamos un poquito de historia. Proveniente de la familia de las cucurbitáceas (pepino, melón, sandía), el calabacín comienza a cultivarse por los árabes en las regiones más occidentales del Mediterráneo. Era un alimento muy consumido por las clases medias y bajas durante la Edad Media. En la actualidad, entre los principales productores mundiales de esta hortaliza, se encuentra España junto a Holanda, América del Norte, Marruecos e Italia.

Guía del cultivo del calabacín

El calabacín es uno de los cultivos más sencillos y agradecidos que hay. No es exigente en cuanto a las condiciones de la tierra, crece muy rápido y una vez empieza a dar frutos, puede hacerlo semanalmente. Pero veamos, paso a paso, cómo cultivar nuestras propias semillas de calabacín. ¡Tomad nota!

1. CLIMA

Es un cultivo que requiere altas temperaturas y gran cantidad de luz para germinar. Por eso, se recomienda sembrarlo durante los meses primaverales, tal y como podéis ver en nuestro calendario de siembra. Es, por tanto, poco tolerante a las bajas temperaturas y necesitará entre 10 y 12 horas de luz.

2. TIERRA

El calabacín, como comentábamos antes, es poco exigente en cuanto al suelo. Se adapta con facilidad a todo tipo de terrenos, aunque tiene preferencia por los suelos profundos, ricos en humus y bien drenados.

Con respecto a los nutrientes es muy exigente, por lo que, si el terreno no es rico en materia, necesitará de fertilizantes, siendo los abonos simples los que más se utilizan.

3. SIEMBRA

CalabacinAntes de sembrar esta hortaliza hay que tener en cuenta que es una planta que requiere bastante sustrato y que necesita bastante espacio para desarrollarse.

Por lo tanto, el marco de plantación habitual es de unos 120 centímetros entre líneas y 70 entre plantas. La siembra se realizará a golpes de entre 2 y 3 semillas que deben enterrarse a una profundidad de entre 1 y 2 centímetros.

Las semillas comenzarán a germinar aproximadamente a los 7-10 días.

Aunque puede sembrarse en semilleros, en este caso, recomendamos una siembra directa, ya que el tamaño de la semilla y su rápida germinación evitarán la tarea del trasplante.

4. RIEGO Y MANTENIMIENTO

El calabacín, debido a su elevado contenido de agua, es una planta exigente en humedad. Precisa riegos regulares, más frecuentes con la aparición de los primeros frutos. No obstante, al principio de la siembra hay que tener cuidado con los encharcamientos, perjudiciales para su crecimiento.

Con respecto a otros cuidados como la poda, en el calabacín no se realiza la poda de formación, por lo que se verá reducida a la limpieza de brotes secundarios que deberán ser eliminados cuanto antes para favorecer la producción de frutos.

También es necesario aporcar los tallos rastreros para que enraícen correctamente. Esta práctica consiste en cubrir con tierra o arena parte del tronco de la planta para reforzar su base y favorecer el desarrollo radicular.

Por último, en ocasiones será necesario proporcionar a las plantas una estructura para tutorarlas y así mantenerlas erguidas, favoreciendo su ventilación, reduciendo el ataque de enfermedades y aprovechando mejor la luz.

5. COSECHA

La cosecha suele comenzar a los 90-100 días de la siembra. Es importante estar atentos y cosecharlos cuando están maduros, ya que si se dejan mucho tiempo, los frutos forman semillas y la planta se debilita. Por eso, es aconsejable revisar y recolectar los calabacines cada dos o tres días como máximo para no retrasar la formación de los siguientes frutos y cosechar en su punto óptimo.

Hay que tener en cuenta que las plantas de calabacín cuentan con una importante particularidad. Un mismo individuo tiene flores masculinas y femeninas, siendo las segundas mayoritarias y necesitando al menos dos plantas para que se pueda dar la polinización y, por tanto, la formación del fruto.

Si te has animado a cultivar tus propios calabacines, no dudes en entrar a nuestra web y elegir entre las diferentes variedades de calabacín con las que contamos.

Además, existen múltiples variedades de calabacín en todo el mundo, algunas tan deliciosas y saludables como CRÜ, un calabacín con el que te animarás a consumirlo ¡incluso en crudo!

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