Las hojas son mucho más que una parte decorativa de nuestras plantas y cultivos: son verdaderos indicadores del estado de salud de los cultivos y un elemento fundamental para su desarrollo. A través de su color, forma y textura, las hojas nos hablan. Nos cuentan si todo va bien o si algo está fallando y nuestros cultivos sufren carencias nutricionales.

Saber interpretar esos signos es una de las habilidades más valiosas que puede tener cualquier persona que cultive su propio huerto, ya sea en un pequeño balcón urbano o en una parcela más grande.

Cuando una planta no tiene acceso a un nutriente esencial, ya sea porque no está presente en el sustrato, porque el pH del suelo impide su absorción o porque el sistema radicular está dañado, ese déficit se manifiesta rápidamente. ¡Y, casi siempre, se refleja en las hojas!

Por eso, hoy en Eurogarden vamos a profundizar en cómo reconocer las principales carencias nutricionales observando el aspecto de las hojas y qué hacer para solucionarlas de forma eficaz.

¿Por qué las hojas muestran signos de deficiencia?

Las hojas son las fábricas de energía de la planta, es donde ocurre la fotosíntesis. Cuando un nutriente escasea, ese proceso se ve afectado, y como consecuencia, la planta comienza a ahorrar recursos y a distribuir lo poco que tiene. Por eso, según la movilidad del nutriente en cuestión, los síntomas aparecerán antes en las hojas viejas o en las nuevas:

  • Si el nutriente es móvil, la planta lo traslada desde las hojas viejas a las jóvenes. Por tanto, los primeros signos de deficiencia aparecerán en las hojas más antiguas.
  • Si el nutriente es inmóvil, la planta no puede moverlo, y la carencia se manifiesta primero en las hojas nuevas.

Esta lógica nos da pistas valiosas sobre qué nutriente puede estar faltando. Veamos ahora algunos de los casos más comunes.

Carencias nutricionales más frecuentes: cómo detectarlas y corregirlas

Las carencias nutricionales en las hortalizas son más comunes de lo que pensamos, y su correcta identificación es crucial para evitar que las plantas sufran o pierdan productividad. A continuación, veremos las deficiencias más frecuentes, cómo se manifiestan en las hojas y qué acciones podemos tomar para solucionarlas, garantizando un huerto saludable y productivo.

1. Nitrógeno (N)

  • Qué hace: Promueve el crecimiento de hojas y tallos.
  • Síntomas: Las hojas más viejas se tornan amarillas de forma uniforme (clorosis), la planta se ve débil y con poco desarrollo.
  • Solución: Añadir compost maduro, estiércol o fertilizantes orgánicos ricos en nitrógeno (como purín de ortiga). Regar bien tras la aplicación.

2. Fósforo (P)

  • Qué hace: Estimula el desarrollo de raíces y floración.
  • Síntomas: Tono morado o rojizo en el envés de las hojas, crecimiento lento, pocas flores.
  • Solución: Incorporar harina de hueso, compost de alta calidad o extracto de algas. Mantener el suelo cálido, ya que el fósforo es menos disponible en suelos fríos.

carencias nutricionales3. Potasio (K)

  • Qué hace: Refuerza la resistencia a enfermedades y regula el uso del agua.
  • Síntomas: Bordes de las hojas secándose o quemándose, tallos débiles, menor producción de frutos.
  • Solución: Aplicar ceniza de madera, purín de consuelda o fertilizante potásico natural. Es ideal combinarlo con un abonado equilibrado.

4. Calcio (Ca)

  • Qué hace: Fortalece las paredes celulares y mejora la calidad del fruto.
  • Síntomas: Hojas jóvenes deformadas, puntas secas, frutos con podredumbre apical (típico en tomates y pimientos).
  • Solución: Espolvorear cáscara de huevo triturada o usar cal agrícola. Mantener un riego constante para facilitar la absorción.

5. Magnesio (Mg)

  • Qué hace: Componente central de la clorofila, esencial para la fotosíntesis.
  • Síntomas: Clorosis intervenal en hojas viejas (zonas amarillas entre las venas verdes).
  • Solución: Disolver sales de Epsom (sulfato de magnesio) en agua y aplicar al riego o como pulverización foliar.

6. Hierro (Fe)carencias nutricionales

  • Qué hace: Participa en la producción de clorofila y respiración celular.
  • Síntomas: Hojas jóvenes amarillas con venas verdes muy marcadas.
  • Solución: Aplicar quelatos de hierro o compost bien descompuesto. Evitar riegos con agua calcárea si el suelo es alcalino.

7. Boro (B)

  • Qué hace: Interviene en el crecimiento de tejidos y en la polinización.
  • Síntomas: Brotes nuevos deformados, hojas gruesas, frutos malformados.
  • Solución: Añadir pequeñas cantidades de borato de sodio diluido o compost vegetal con buena variedad de residuos.

En general, para mantener tus hortalizas saludables y productivas, es fundamental asegurar un suministro equilibrado de nutrientes. Para ello es fundamental enriquecer el suelo con compost maduro, que mejora la estructura del suelo, retiene la humedad y aporta nutrientes esenciales.

Además, existen soluciones nutritivas específicas que se pueden aplicar mediante el riego, conocidas como fertirrigación, las cuales permiten ajustar con precisión las necesidades nutricionales de las plantas en diferentes etapas de crecimiento. Estas soluciones contienen una mezcla equilibrada de macro y micronutrientes, y su uso adecuado puede prevenir y corregir deficiencias nutricionales de manera eficiente. Es importante también considerar el tipo de sustrato y su capacidad para retener nutrientes, así como realizar análisis periódicos del suelo para ajustar las prácticas de fertilización según las necesidades específicas de tus cultivos.

Consejos clave para evitar carencias nutricionales

carencias nutricionalesAhora que conocemos las principales carencias nutricionales que pueden afectar a nuestras plantas y cómo ponerles solución, es el momento de ver una serie de recomendaciones generales para intentar evitar el llegar a este punto. ¡Toma nota! 

  • Conoce tu suelo: haz un análisis básico para saber qué nutrientes tienes y cuáles faltan.
  • Mantén el equilibrio: no abuses de un solo fertilizante. Lo ideal es una mezcla equilibrada de nutrientes.
  • Rota los cultivos: cambiar de especie ayuda a mantener la salud del suelo y a evitar el agotamiento de nutrientes.
  • Cuida el riego: tanto el exceso como la falta de agua dificultan la absorción de nutrientes.
  • No olvides el pH: muchos nutrientes no están disponibles si el pH es demasiado ácido o alcalino.

Observar las hojas de tus hortalizas con atención es como leer un mensaje que la planta te está enviando. Con un poco de práctica, aprenderás a identificar qué le falta y cómo ayudarla a recuperarse. Y no olvides que una planta bien nutrida no solo es más bonita: es también más resistente, más productiva… ¡y mucho más feliz! 

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