Uno de los grandes miedos cuando empezamos con un huerto urbano es ver macetas medio vacías o espacios desaprovechados entre una cosecha y la siguiente. La buena noticia es que existe una técnica sencilla, muy eficaz y perfectamente adaptada a huertos pequeños, el cultivo de relevo.
Esta técnica consiste en planificar las siembras de forma escalonada para que, cuando un cultivo termina su ciclo, otro esté listo para ocupar su lugar. El resultado es un huerto más productivo, más organizado y más activo durante todo el año. Hoy en Eurogarden te lo contamos todo sobre este “truquillo”. ¡Apunta!
¿Qué es exactamente el cultivo de relevo?
Antes de entrar en cómo aplicarlo, conviene entender bien el concepto. El cultivo de relevo no significa sembrar todo a la vez ni mezclar plantas al azar, sino anticiparse al final de un cultivo para que el siguiente ya esté en marcha.
Puede hacerse de varias formas: sembrando en semillero mientras el cultivo principal aún está creciendo, aprovechando huecos libres entre plantas o alternando especies de ciclo corto y largo. Es una técnica muy utilizada en horticultura profesional y perfectamente trasladable a balcones y terrazas.
¿Por qué es ideal para huertos urbanos?
En espacios reducidos, cada centímetro cuenta. Aquí es donde el cultivo de relevo marca la diferencia. Aplicarlo en un huerto urbano te permite:
- Aprovechar al máximo macetas, jardineras y mesas de cultivo.
- Evitar periodos largos de “barbecho” o macetas vacías.
- Tener cosechas más continuas a lo largo del año.
- Organizar mejor las siembras y reducir errores de planificación.
Además, al mantener el sustrato siempre ocupado, se protege mejor frente a la erosión y la pérdida de nutrientes.
Cultivos de ciclo corto y largo: la clave del relevo
Para que el cultivo de relevo funcione, es fundamental conocer el ciclo de cada planta. ¡Lo vemos!
- Los cultivos de ciclo corto crecen rápido y se cosechan en pocas semanas. Son perfectos para sembrar entre plantas más lentas o antes de que estas ocupen todo el espacio. Algunos cultivos de ciclo corto son el rabanito, la rúcula, las espinacas o la lechuga.
- Los cultivos de ciclo medio o largo tardan más en desarrollarse, pero dejan huecos libres al principio que se pueden aprovechar. Algunos ejemplos son el tomate, el pimiento, la col o la berenjena.
Combinar ambos tipos es la base de una buena estrategia de relevo. Para que lo entiendas mejor, vamos a ver algunos ejemplos prácticos de cultivo de relevo en macetas:
- Tomate + rábano: mientras el tomate crece, los rábanos se desarrollan rápido y se cosechan antes de que el tomate necesite todo el espacio.
- Col o brócoli + espinaca: la espinaca aprovecha la luz inicial y se recoge antes de que la col cierre el espacio.
- Pimiento + lechuga: las lechugas crecen rápido y se cosechan en varias tandas antes de que el pimiento alcance su tamaño definitivo.
Este tipo de combinaciones permiten varias cosechas en una misma maceta sin saturar el cultivo.
El papel del semillero en el cultivo de relevo
Uno de los grandes aliados del cultivo de relevo es el semillero. Mientras un cultivo está en su fase final, puedes ir preparando el siguiente en semillero. Así, cuando retires la planta vieja, tendrás otra lista para trasplantar casi de inmediato.
Este sistema reduce tiempos muertos, asegura plántulas fuertes y permite una transición suave entre cultivos sin dejar el sustrato desnudo.
Cómo planificar un cultivo de relevo sin complicarte
No hace falta hacer calendarios complejos para empezar, pero sí tener en cuenta algunas pautas básicas que nos ayudarán a llevar cierto control y organizar el relevo sin errores. ¡Toma nota!
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- Anota la fecha de siembra y el tiempo estimado de cosecha.
- Siembra el siguiente cultivo cuando al actual le queden 2-3 semanas.
- Prioriza variedades adaptadas a macetas y huertos urbanos.
- Revisa siempre la compatibilidad entre cultivos (espacio, luz y riego).
Al principio tendrás que investigar, estar más pendiente y tomar más notas, ¡pero con la práctica esta planificación se volverá casi automática!
Errores comunes que conviene evitar
A pesar de que, como has visto, es una técnica sencilla, hay algunos fallos habituales. Los vemos para que no caigas en ellos cuando la pongas en práctica:
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- Sembrar demasiado pronto y provocar competencia excesiva.
- No renovar el sustrato entre relevos. Añadir compost es clave para que los cultivos crezcan bien.
- Olvidar las necesidades de luz del nuevo cultivo.
- Repetir siempre la misma especie en el mismo lugar sin rotación.
Evitando estos errores, el relevo funcionará de forma fluida y sostenible y tendrás un huerto sano y siempre vivo.
El cultivo de relevo demuestra que no necesitas más espacio para tener más huerto, solo una mejor planificación. Aplicado correctamente, convierte cualquier balcón o terraza en un sistema vivo, productivo y bien organizado durante todo el año. Así que, ya sabes, si tu objetivo es que tu huerto urbano nunca se quede vacío, esta técnica puede convertirse en tu mejor aliada.
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